Aunque pueden llegar a aparecer en un mismo contexto, estas dos palabras no deben confundirse ni emplearse como sinónimos.
Actitud hace referencia a la disposición de ánimo, a las ganas de hacer algo:
- Está despistado, no muestra interés… Vamos, que no tiene la actitud adecuada para aprobar este examen.
Aptitud significa, entre otras cosas, ‘capacidad, preparación o idoneidad para realizar algo’:
- No está preparado y le faltan muchos conocimientos de la materia… Vamos, que no tiene la aptitud adecuada para aprobar este examen.
Serían, por tanto, incorrecto el uso de ambos términos en estas frases:
- Lo ha ganado todo, es un gran futbolista y tiene mucha experiencia. Su *actitud (debe ser aptitud) está fuera de toda duda.
- Desde que llegó no se ha entrenado ni dos días seguidos, está a disgusto, fuera de forma… Nadie duda de sus capacidades, pero está demostrando una completa falta de *aptitud (debe ser actitud).